Lo primero a lo que nos enfrentamos
cuando nos planteamos cambiar hábitos poco saludables, suele ser “¡qué difícil dejar de …!”, “yo no puedo”, “ya lo he intentado mil veces y no me funciona”,
“aunque pueda al principio, en algún momento sé que voy a recaer”, “no sé por
qué, pero simplemente no puedo”.
Sin quererlo, vamos transmitiéndonos
mensajes de lo imposible que puede ser, de lo incapaces que somos, de que tal
como nos conocemos creemos que no podemos… Y vamos construyendo esta idea como
nuestra realidad.
Nos propondremos hacerlo, y sin embargo al poco tiempo vemos
que “no podemos”, “está siendo muy difícil” o “he recaído”.
Lo más potente de la
realidad en la que estamos insertos es lo que nos contamos de ella. Si lo que
nos contamos tiende a ser negativo, angustioso, estresante, vamos colaborando
sin quererlo para que confirmemos nuestra idea.
Aquí proponemos dar un paso diferente, un
método sencillo, rápido y efectivo… Aunque ya te estés enviando mensajes a ti
mismo de lo contrario, nosotras te decimos que lo es, así que más vale que te
lo vayas contando.
Piensa en un hábito que quieras cambiar.
¿Dejar de fumar?, ¿dejar la comida basura?, ¿abandonar el consumo de
sustancias?, ¿cambiar tu rutina tan sedentaria?... Escoge aquel que hace tiempo
te vienes planteando.
He aquí la parte de la indicación más
importante: te sugerimos no plantearte abandonarla… Al menos no en un
principio.
Lo interesante viene dado justamente con
aquello que te sucede en el cuerpo y en la mente cuando practicas esos malos
hábitos. Y en ello está la clave para abandonarlos, no como una propuesta
presionada, sino porque sentirás que ya no lo necesitas. Tu cuerpo te pidió
condicionar este hábito, y es el mismo quien te ayudará a desactivarlo. Lo único que habrá que hacer es poner
mucha atención en todo lo que sucede cada vez que acudes a estos hábitos… La
curiosidad será tu mejor compañera.
Presta mucha atención a tu cuerpo, en
primera instancia cuando estás en ello, por ejemplo cuando estás fumando, o
cuando estás comiendo basura… Notarás un cambio inmediato al realizar la
conducta como algo “habitual”, a realizarla prestando atención. ¿Qué le pasa a
tu cuerpo? ¿Qué sabores hay? ¿Hacia dónde viaja tu mente? ¿Qué sensaciones
aparecen? ¿Cuál es la emoción que prima? ¿Qué cambios vas experimentando
conforme se desarrolla la acción? ¿Qué pasa al terminar?
Una vez que vas
haciéndote experto en traducir todos estos mensajes cuando estos hábitos se
producen, te será más fácil poner atención también antes de que se produzca. De
esta manera, podrás dedicarle un momento a sentir curiosidad acerca de ti en
aquellos instantes antes de la conducta. ¿Cómo estoy? ¿En qué estoy pensando?
¿Cómo me siento? ¿Qué le está pasando a mi cuerpo? Cuando hemos podido descodificar todos
esos códigos, puede que nuestra antigua idea “positiva” asociada al mal hábito,
vaya evolucionando a algo diferente. Y a su vez, esta nueva idea generará un
nuevo aprendizaje y una nueva necesidad.
Notarás que la única necesidad que
tiene que ser atendida de manera
compulsiva es la de la curiosidad. Porque somos seres curiosos por naturaleza,
y si damos libertad a esta necesidad, nos enseñará de nosotros mismos, de
nuestro funcionamiento, de nuestros boicots.
Toda conducta la hemos aprendido para
luego realizarla de manera inconsciente. De manera que para “desaprenderla” tenemos que poner infinita atención a todo aquello que surge en esa
experiencia. Sólo así podremos reconocer qué nos pasa realmente y por qué
decidimos fumarnos el cigarro. Y sólo así podremos entender que nuestra
necesidad última podría no ser fumar, si no más bien sentarnos a descansar,
llorar si hace falta, dormir, correr, gritar, comunicarnos con alguien,
desconectar, abrazar, comer, beber… Nuestra biología no nos pide fumar, porque no
está hecha para eso. Nuestra biología nos está pidiendo algo a lo que hemos
aprendido a responderle con un cigarro.
Te invitamos a que intentes este nuevo
método en cualquier conducta poco saludable que te plantees modificar. Total,
en lo único que tendrás que invertir es en “poner atención”, puede que te
sorprendas a ti mismo.