miércoles, 28 de septiembre de 2016

Aportar luz desde la terapia

   Cuando acudimos a terapia, en muchas ocasiones vamos con un problema que nos preocupa, que nos está dificultando el día a día, y pretendemos que sólo con ir a la consulta se solucione. Esperamos
de lxs psicólogxs que nos apunten con su varita mágica y de repente todo vuelva a ser "normal". Obviamente, no lo decimos así, pero solemos expresar esto con frases como "he venido a terapia para encontrar la solución", "quiero que me aconsejes sobre qué hacer"...

  El papel de la psicóloga no es solucionar, resolver, o decidir sobre las vidas de las personas que tiene delante, sino más bien acompañar, apoyar, enseñar herramientas, promover consciencia. Es una función principal el ayudar a iluminar todos aquellos elementos que permanecen en la oscuridad de cada océano personal, para ir conociéndolos, en forma y contenido, color y peso, ir sacándolos a la superficie en la que es posible manejarlos.

   La persona que empieza un proceso terapéutico está dispuesta a sumergirse, acompañada, para ir poniendo luz en aquello que quiere trabajar de sí misma y de su vida. Y no es fácil. Porque ni siquiera la linterna que utilizan va a pilas, es de esas que transforman la energía mecánica en eléctrica para iluminar, que hay que estar continuamente accionando para que funcione. Es un trabajo a veces duro y pesado, pero es necesario en algunos momentos, y con el tiempo se va automatizando, como cualquier aprendizaje.

     Aprender, desaprender, reaprender... De todo eso se trata la terapia.


lunes, 14 de marzo de 2016

Malos hábitos, la necesidad de prestar atención.



   Lo primero a lo que nos enfrentamos cuando nos planteamos cambiar hábitos poco saludables, suele ser “¡qué difícil dejar de …!”, “yo no puedo”, “ya lo he intentado mil veces y no me funciona”, “aunque pueda al principio, en algún momento sé que voy a recaer”, “no sé por qué, pero simplemente no puedo”.
  Sin quererlo, vamos transmitiéndonos mensajes de lo imposible que puede ser, de lo incapaces que somos, de que tal como nos conocemos creemos que no podemos… Y vamos construyendo esta idea como nuestra realidad.
    Nos propondremos hacerlo, y sin embargo al poco tiempo vemos que “no podemos”, “está siendo muy difícil” o “he recaído”.

    Lo más potente de la realidad en la que estamos insertos es lo que nos contamos de ella. Si lo que nos contamos tiende a ser negativo, angustioso, estresante, vamos colaborando sin quererlo para que confirmemos nuestra idea.

    Aquí proponemos dar un paso diferente, un método sencillo, rápido y efectivo… Aunque ya te estés enviando mensajes a ti mismo de lo contrario, nosotras te decimos que lo es, así que más vale que te lo vayas contando.

  Piensa en un hábito que quieras cambiar. ¿Dejar de fumar?, ¿dejar la comida basura?, ¿abandonar el consumo de sustancias?, ¿cambiar tu rutina tan sedentaria?... Escoge aquel que hace tiempo te vienes planteando.

   He aquí la parte de la indicación más importante: te sugerimos no plantearte abandonarla… Al menos no en un principio.

    Lo interesante viene dado justamente con aquello que te sucede en el cuerpo y en la mente cuando practicas esos malos hábitos. Y en ello está la clave para abandonarlos, no como una propuesta presionada, sino porque sentirás que ya no lo necesitas. Tu cuerpo te pidió condicionar este hábito, y es el mismo quien te ayudará a desactivarlo. Lo único que habrá que hacer es poner mucha atención en todo lo que sucede cada vez que acudes a estos hábitos… La curiosidad será tu mejor compañera.

   Presta mucha atención a tu cuerpo, en primera instancia cuando estás en ello, por ejemplo cuando estás fumando, o cuando estás comiendo basura… Notarás un cambio inmediato al realizar la conducta como algo “habitual”, a realizarla prestando atención. ¿Qué le pasa a tu cuerpo? ¿Qué sabores hay? ¿Hacia dónde viaja tu mente? ¿Qué sensaciones aparecen? ¿Cuál es la emoción que prima? ¿Qué cambios vas experimentando conforme se desarrolla la acción? ¿Qué pasa al terminar? 

   Una vez que vas haciéndote experto en traducir todos estos mensajes cuando estos hábitos se producen, te será más fácil poner atención también antes de que se produzca. De esta manera, podrás dedicarle un momento a sentir curiosidad acerca de ti en aquellos instantes antes de la conducta. ¿Cómo estoy? ¿En qué estoy pensando? ¿Cómo me siento? ¿Qué le está pasando a mi cuerpo? Cuando hemos podido descodificar todos esos códigos, puede que nuestra antigua idea “positiva” asociada al mal hábito, vaya evolucionando a algo diferente. Y a su vez, esta nueva idea generará un nuevo aprendizaje y una nueva necesidad.

   Notarás que la única necesidad que tiene  que ser atendida de manera compulsiva es la de la curiosidad. Porque somos seres curiosos por naturaleza, y si damos libertad a esta necesidad, nos enseñará de nosotros mismos, de nuestro funcionamiento, de nuestros boicots.

   Toda conducta la hemos aprendido para luego realizarla de manera inconsciente. De manera que para “desaprenderla” tenemos que poner infinita atención a todo aquello que surge en esa experiencia. Sólo así podremos reconocer qué nos pasa realmente y por qué decidimos fumarnos el cigarro. Y sólo así podremos entender que nuestra necesidad última podría no ser fumar, si no más bien sentarnos a descansar, llorar si hace falta, dormir, correr, gritar, comunicarnos con alguien, desconectar,  abrazar, comer, beber…  Nuestra biología no nos pide fumar, porque no está hecha para eso. Nuestra biología nos está pidiendo algo a lo que hemos aprendido a responderle con un cigarro.

   Te invitamos a que intentes este nuevo método en cualquier conducta poco saludable que te plantees modificar. Total, en lo único que tendrás que invertir es en “poner atención”, puede que te sorprendas a ti mismo.

   Te dejamos el enlace de un vídeo en el que Judson Brewer, psiquiatra y experto en adicciones, explica muy claramente cómo funcionan estos malos hábitos, por qué se generan y cómo aplicar la técnica de la curiosidad para abandonarlos.
http://www.psyciencia.com/2016/08/judson-brewer-mal-habitos-dejar/



miércoles, 24 de febrero de 2016

“Ya he pasado por muchos psicólogos…”

¡Alerta!
Una vez más, la teoría del apego nos da deliciosas explicaciones.
Hay personas que advierten, nada más conocer al terapeuta, que ya han visitado muchos otros psicólogos y que con ninguno ha logrado terminar la terapia porque “el terapeuta no consigue que yo cambie”, o porque “no conectábamos bien” o “sentía que no me entendía”…
Todas y cada una, muestras de apego inseguro ambivalente.
Seguramente son personas que no logran ser persistentes en muchas otras tareas. Podemos fácilmente detectar su inseguridad ante la adversidad, labilidad afectiva, miedo a afrontar las obligaciones y compromisos y cierta inestabilidad al relacionarse con sus pares. El denominador común es la “inconsistencia”.

¿Por qué ha de ser consistente ahora con un nuevo terapeuta? Estará replicando su modo de afrontar la vida en pequeña escala. Desertar es algo conocido para estas personas. ¿Qué puede esperarse de alguien que, al enfrentarse por primera vez a la vida, sólo algunas veces recibía de sus figuras de apego (normalmente sus padres) la satisfacción de sus necesidades? No estamos hablando de necesidades complejas, más bien de necesidades básicas: hambre, sueño, malestar, dolor o incomodidad, necesidad de contacto, de atención… de “seguridad”. El mensaje que descifra un bebé cuando sus necesidades son insatisfechas es “el mundo es un lugar impredecible”. Todo indica que la vida es un pasaje por la adversidad, en la que sólo A VECES yo cuento para el otro y para mí mismo.

Por lo tanto, aunque como terapeutas nos podemos sentir atacados, puestos a prueba o "cortados de cabeza", en realidad lo que tenemos en frente es un niño o niña que busca en la vida algo seguro, por lo que hay que intentar no caer en la tentación de comprobar que nosotros sí valemos la pena más que el o los anteriores, en calidad autoritaria de “expertos”, o pedir explicaciones de por qué no consigue seguir los procesos terapéuticos. Más bien, lo primero que se debe apoyar y confirmar, es que éste es un sitio seguro, que aquí puede ser quien le apetezca, que aquí no habrá juicio, que será escuchado y todo lo que surja como necesidad, será respetada y atendida. Esta nueva relación no es ambivalente. Confrontar todo intento del paciente por confirmar ese modelo aprendido. Aquí y entre nosotros: SIEMPRE.

Reparar ese apego experimentado asegurará la continuidad en el proceso terapéutico y el cambio deseado. Reparar ese apego significa un cambio en las relaciones con los pares, un cambio en la relación con uno mismo, un cambio al enfrentar la vida desde un lugar seguro: el propio.

martes, 9 de febrero de 2016

El machismo mata

“El machismo mata”. Así de contundente se titula el último programa de Salvados, de Jordi Évole, que puedes ver aquí: http://goo.gl/PHjs1l


Creemos que merece la pena pararnos unos minutos a reflexionar sobre algunas de las cuestiones que se plantean, así que aquí os dejamos algunas de las conclusiones que podemos extraer de las entrevistas que realizan en el programa (a una jueza, un psicólogo, un hombre que ha sido condenado por violencia de género y a una educadora que fue maltratada por su pareja y hace talleres de prevención en institutos).

  • La violencia de género es algo mucho más habitual de lo que se piensa, de hecho se habla ya de terrorismo machista. La comparación: en 10 años han sido asesinadas más mujeres que el total de personas que ha asesinado ETA en 40 años.
  • La violencia de género tiene diferentes manifestaciones, física, fácilmente reconocible, psicológica (control, aislamiento, amenazas, humillación…), económica (limitando su independencia económica y laboral, controlando el dinero que se le proporciona), sexual, e instrumental (cuando se maltrata algo querido por la mujer, por ejemplo, sus hijxs). De ésta última no se habla en el programa, más que en un dato: 51 menores han perdido a sus madres.
  • La violencia de género es transversal, se da en todas las clases sociales, en todos los niveles socioeducativos. No hay perfiles de mujeres que son maltratadas, ni de hombres que maltratan.
  • Por esto, la prevención tiene que ser necesariamente transversal, desde la infancia a la adultez, desde los mensajes que se transmiten a través de medios de comunicación a los que inculcan las familias, de forma más o menos consciente. Hay que actuar en todo el iceberg, no sólo en la punta visible.
  • Los recursos de atención a las mujeres y sus familias son absolutamente insuficientes. Hacen falta recursos de acogida, medios en juzgados, comisarías, programas educativos, formación a profesionales...
  • Hay que intervenir con las mujeres que han sufrido violencia de género por parte de sus parejas hombres, para que puedan reconocer sin vergüenza ni culpabilidad la violencia que han sufrido y se empoderen para salir de ella y llamarse "supervivientes"
  • Es necesario intervenir con hombres para preservar la integridad física y psíquica de las mujeres, de las actuales parejas y de las futuras, además de tratar de desarrollar nuevas formas de pensar y sentir, nuevas formas de masculinidad no estereotipadas.
  • Los hombres que maltratan no tienen una enfermedad mental, es una ideología y una forma de pensar, que lleva a una forma de comportarse, sustentada por un sistema que lo permite, el sistema patriarcal.
  • Es imprescindible visibilizar y promover modelos sanos de relaciones, libres de violencia, basadas en el buen trato mutuo y la igualdad.
  • El feminismo es el movimiento que lucha cada día por la igualdad de mujeres y hombres, reivindicando los derechos de las mujeres y cuestionando los privilegios de los hombres. Sin embargo, esto no tuvo cabida en el programa, como se pone de manifiesto en este artículo.

¿Qué conclusiones sacas tú? 


jueves, 4 de febrero de 2016

Cuando una sesión es suficiente

        
 
    Cada cierto tiempo, llegan al psicólogo personas con mucha confusión, desánimo y vulnerabilidad emocional visible. Aunque éstos sean elementos comunes a casi todas las personas que buscan ayuda profesional, en ocasiones, todo el estado en que se encuentra es producto de su necesidad de echar un cable a tierra, expresar, poner orden, sentir sin culpa y tener a un desconocido al que compartirle su conmoción.

       Hay pacientes que sólo requieren una sesión. Aunque carece de lógica, sobre todo desde la perspectiva clásica y/o dogmática de una “terapia”, una sesión puede ser tan potente, que el paciente percibe su suficiencia y no vuelve.

     Sesiones en que se ordenan las ideas, se entienden los comportamientos, una montaña rusa de emociones en algo más de una hora, en que si es bien utilizada, se pueden identificar los motivos del problema, clarificar los deseos, objetivos o metas que la persona tenga y qué comportamientos debe modificar y decisiones debe tomar para lograrlos.

      En una sesión el paciente se lleva un recorrido por la infancia, una explicación de su pesar, un desahogo emocional importante, pero sobre todo, claridad. Comprensión del sitio que ocupa y cómo lo ocupa, y todo aquello que debe hacer para llegar al sitio que busca. Claridad en todo lo que le limita, en el autoboicot para dificultar su felicidad, en las excusas que ya no valen, las emociones que calla y el panorama que ha construido, que ya se aleja kilómetros de lo que realmente desea.

Una sesión. Para recorrer una vida y empezar a cambiarla.



*Este artículo no pretende tener una visión reduccionista ni simplista del proceso terapéutico. Nos inclinamos por el acompañamiento a la persona durante las sesiones que sea conveniente para cada caso. Desde luego, lo que planteamos no es aplicable a aquellos casos con necesidad de atención clínica. Si el objetivo de la terapia se relaciona con el desarrollo personal, tampoco parece ser suficiente.

lunes, 1 de febrero de 2016

Terapia de parejas, doble posibilidad de crecimiento

Cuando las parejas deciden ir a terapia de pareja, por iniciativa de uno o de ambos, generalmente llegan con el mismo discurso: “tenemos problemas por como está actuando él/ella últimamente”.

Tendemos a ver las causas de los conflictos en el otro. Y es normal. Las cosas se ven mejor si están a cierta distancia. Y también porque es más fácil cuestionar al que tengo enfrente que cuestionarme a mí mismo, pues yo tengo que seguir seguro de quién soy y lo que hago para continuar funcionando desde mi certeza.

Sin embargo, siempre la responsabilidad de la dinámica de la pareja es de ambas partes, haciendo, dejando de hacer, pidiendo que se haga, esperando que se haga, no queriendo hacer… Y parte del trabajo en la terapia es ser conscientes de esto, de lo que ponemos cada uno, de lo que esperamos del otro, de lo que necesitamos, de si lo que necesitamos podemos cubrirlo con la relación...

Muchas veces se redactan “contratos de pareja” que al tiempo de ser firmados no se ajustan a la realidad. Como ejemplo, vamos a imaginar que cada uno de nosotros es un pilar. Y que en un momento dado, dos pilares deciden co-construir un puente, co-construir una relación de pareja. Y se redacta un contrato que define el diseño, los materiales, el coste, el recorrido, el uso, el tiempo de construcción… Pero, ¿cuántas formas hay de construir un puente?

Hay puentes con más recorrido que otros, unos más altos, otros con menos inclinación. Hay algunos que se construyen con una anchura determinada y cuando se ponen en uso se hace evidente la necesidad de ampliarlo, pues es más transitado de lo planificado inicialmente.

A veces también se decide usar un material, que en seco queda de maravilla, pero cuando llueve ¡resbala! ¿Quién va a correr el riesgo de pasear por él un día de tormenta?

Por eso, siempre durante el proceso de construcción, hay que ir poniéndolo a prueba, y ajustando aquello que no acaba de encajar, redefiniendo el contrato inicial. Incluso después de terminado, habrá que hacer algunas revisiones más o menos periódicas, para comprobar que sigue siendo tal como queremos que sea.

La terapia de pareja es un espacio para mirarnos desde otra perspectiva, para la redefinición de acuerdos, para el ajuste de términos, para el crecimiento personal a través del trabajo en pareja, o incluso para la rescisión de contratos que descubrimos poco útiles para nuestra salud mutua.


Para seguir conociendo más sobre esta terapia, puedes entrar en:

viernes, 22 de enero de 2016

¡Año nuevo, web nueva!

¡Feliz entrada de año!

Sabemos que es un poco tarde, pero nunca está de más celebrar el cambio de año, ni el cambio de día... ¿Qué os han traído los Reyes Magos? Esperamos que muchos abrazos, besos, algún que otro viajito (aunque sea interior), y la oportunidad de seguir disfrutando de experiencias enriquecedoras.

A nosotras nos han regalado ¡¡una web nueva!!, que queremos compartir con vosotr@s:


En ella, os damos a conocer nuestro centro, un gabinete de psicología dedicado a la terapia infantil, de adolescentes, intervención psicológica para adultos, y terapia de pareja y de familia

Puedes explorar cada servicio que ofrecemos, para saber más de cada uno y ver si puedes beneficiarte de alguno de ellos, o incluso si conoces a alguien al que pudiéramos ayudar con una de nuestras especialidades. 

Nuestras dos terapeutas, Ángela y Carolina
Además, te presentamos nuestra innovadora forma de trabajo, que se basa en la intervención conjunta y simultánea de dos terapeutas, que mejora la eficacia y resultados del proceso terapéutico, y logra un impacto más significativo.

¿Quiénes formamos el equipo Adiuva? Para que ya nos conozcas un poco antes de acudir a nuestro centro, aquí nos presentamos personalmente:

¿Te animas a conocernos? En la pestaña de 'Contacto' (http://www.centroadiuva.es/contacts.html), puedes escribirnos directamente para preguntarnos cualquier duda, o encontrar otras formas de contactar con nosotras:

Puedes visitarnos en la Calle Lamarque de Novoa, 8 (perpendicular a Carretera de Carmona), Sevilla.
[Google te ayuda a llegar: https://goo.gl/nSpVj2]

O si lo prefieres, podemos hablar por teléfono el cualquiera de nuestros números:
626 240 877 y 654 583 528

Esperamos que disfrutes de nuestra nueva web tanto como nosotras, y que nos ayudes a que la conozcan más personas. ¡Comparte!