Cuando las parejas deciden ir a terapia de pareja, por
iniciativa de uno o de ambos, generalmente llegan con el mismo discurso:
“tenemos problemas por como está actuando él/ella últimamente”.
Tendemos a ver las causas de los conflictos en el otro. Y es
normal. Las cosas se ven mejor si están a cierta distancia. Y también porque es
más fácil cuestionar al que tengo enfrente que cuestionarme a mí mismo, pues yo
tengo que seguir seguro de quién soy y lo que hago para continuar funcionando
desde mi certeza.
Sin embargo, siempre la responsabilidad de la dinámica de la
pareja es de ambas partes, haciendo, dejando de hacer, pidiendo que se haga,
esperando que se haga, no queriendo hacer… Y parte del trabajo en la terapia es
ser conscientes de esto, de lo que ponemos cada uno, de lo que esperamos del
otro, de lo que necesitamos, de si lo que necesitamos podemos cubrirlo con la
relación...
Muchas veces se redactan “contratos de pareja” que al tiempo
de ser firmados no se ajustan a la realidad. Como ejemplo, vamos a imaginar que
cada uno de nosotros es un pilar. Y que en un momento dado, dos pilares deciden
co-construir un puente, co-construir una relación de pareja. Y se redacta un
contrato que define el diseño, los materiales, el coste, el recorrido, el uso,
el tiempo de construcción… Pero, ¿cuántas formas hay de construir un puente?
Hay puentes con más recorrido que otros, unos más altos,
otros con menos inclinación. Hay algunos que se construyen con una anchura
determinada y cuando se ponen en uso se hace evidente la necesidad de
ampliarlo, pues es más transitado de lo planificado inicialmente.
A veces también se decide usar un material, que en seco
queda de maravilla, pero cuando llueve ¡resbala! ¿Quién va a correr el riesgo
de pasear por él un día de tormenta?
Por eso, siempre durante el proceso de construcción, hay que
ir poniéndolo a prueba, y ajustando aquello que no acaba de encajar,
redefiniendo el contrato inicial. Incluso después de terminado, habrá que hacer
algunas revisiones más o menos periódicas, para comprobar que sigue siendo tal
como queremos que sea.
La terapia de pareja es un espacio para mirarnos desde otra
perspectiva, para la redefinición de acuerdos, para el ajuste de términos, para
el crecimiento personal a través del trabajo en pareja, o incluso para la
rescisión de contratos que descubrimos poco útiles para nuestra salud mutua.
Para seguir conociendo más sobre esta terapia, puedes entrar en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario