miércoles, 24 de febrero de 2016

“Ya he pasado por muchos psicólogos…”

¡Alerta!
Una vez más, la teoría del apego nos da deliciosas explicaciones.
Hay personas que advierten, nada más conocer al terapeuta, que ya han visitado muchos otros psicólogos y que con ninguno ha logrado terminar la terapia porque “el terapeuta no consigue que yo cambie”, o porque “no conectábamos bien” o “sentía que no me entendía”…
Todas y cada una, muestras de apego inseguro ambivalente.
Seguramente son personas que no logran ser persistentes en muchas otras tareas. Podemos fácilmente detectar su inseguridad ante la adversidad, labilidad afectiva, miedo a afrontar las obligaciones y compromisos y cierta inestabilidad al relacionarse con sus pares. El denominador común es la “inconsistencia”.

¿Por qué ha de ser consistente ahora con un nuevo terapeuta? Estará replicando su modo de afrontar la vida en pequeña escala. Desertar es algo conocido para estas personas. ¿Qué puede esperarse de alguien que, al enfrentarse por primera vez a la vida, sólo algunas veces recibía de sus figuras de apego (normalmente sus padres) la satisfacción de sus necesidades? No estamos hablando de necesidades complejas, más bien de necesidades básicas: hambre, sueño, malestar, dolor o incomodidad, necesidad de contacto, de atención… de “seguridad”. El mensaje que descifra un bebé cuando sus necesidades son insatisfechas es “el mundo es un lugar impredecible”. Todo indica que la vida es un pasaje por la adversidad, en la que sólo A VECES yo cuento para el otro y para mí mismo.

Por lo tanto, aunque como terapeutas nos podemos sentir atacados, puestos a prueba o "cortados de cabeza", en realidad lo que tenemos en frente es un niño o niña que busca en la vida algo seguro, por lo que hay que intentar no caer en la tentación de comprobar que nosotros sí valemos la pena más que el o los anteriores, en calidad autoritaria de “expertos”, o pedir explicaciones de por qué no consigue seguir los procesos terapéuticos. Más bien, lo primero que se debe apoyar y confirmar, es que éste es un sitio seguro, que aquí puede ser quien le apetezca, que aquí no habrá juicio, que será escuchado y todo lo que surja como necesidad, será respetada y atendida. Esta nueva relación no es ambivalente. Confrontar todo intento del paciente por confirmar ese modelo aprendido. Aquí y entre nosotros: SIEMPRE.

Reparar ese apego experimentado asegurará la continuidad en el proceso terapéutico y el cambio deseado. Reparar ese apego significa un cambio en las relaciones con los pares, un cambio en la relación con uno mismo, un cambio al enfrentar la vida desde un lugar seguro: el propio.

martes, 9 de febrero de 2016

El machismo mata

“El machismo mata”. Así de contundente se titula el último programa de Salvados, de Jordi Évole, que puedes ver aquí: http://goo.gl/PHjs1l


Creemos que merece la pena pararnos unos minutos a reflexionar sobre algunas de las cuestiones que se plantean, así que aquí os dejamos algunas de las conclusiones que podemos extraer de las entrevistas que realizan en el programa (a una jueza, un psicólogo, un hombre que ha sido condenado por violencia de género y a una educadora que fue maltratada por su pareja y hace talleres de prevención en institutos).

  • La violencia de género es algo mucho más habitual de lo que se piensa, de hecho se habla ya de terrorismo machista. La comparación: en 10 años han sido asesinadas más mujeres que el total de personas que ha asesinado ETA en 40 años.
  • La violencia de género tiene diferentes manifestaciones, física, fácilmente reconocible, psicológica (control, aislamiento, amenazas, humillación…), económica (limitando su independencia económica y laboral, controlando el dinero que se le proporciona), sexual, e instrumental (cuando se maltrata algo querido por la mujer, por ejemplo, sus hijxs). De ésta última no se habla en el programa, más que en un dato: 51 menores han perdido a sus madres.
  • La violencia de género es transversal, se da en todas las clases sociales, en todos los niveles socioeducativos. No hay perfiles de mujeres que son maltratadas, ni de hombres que maltratan.
  • Por esto, la prevención tiene que ser necesariamente transversal, desde la infancia a la adultez, desde los mensajes que se transmiten a través de medios de comunicación a los que inculcan las familias, de forma más o menos consciente. Hay que actuar en todo el iceberg, no sólo en la punta visible.
  • Los recursos de atención a las mujeres y sus familias son absolutamente insuficientes. Hacen falta recursos de acogida, medios en juzgados, comisarías, programas educativos, formación a profesionales...
  • Hay que intervenir con las mujeres que han sufrido violencia de género por parte de sus parejas hombres, para que puedan reconocer sin vergüenza ni culpabilidad la violencia que han sufrido y se empoderen para salir de ella y llamarse "supervivientes"
  • Es necesario intervenir con hombres para preservar la integridad física y psíquica de las mujeres, de las actuales parejas y de las futuras, además de tratar de desarrollar nuevas formas de pensar y sentir, nuevas formas de masculinidad no estereotipadas.
  • Los hombres que maltratan no tienen una enfermedad mental, es una ideología y una forma de pensar, que lleva a una forma de comportarse, sustentada por un sistema que lo permite, el sistema patriarcal.
  • Es imprescindible visibilizar y promover modelos sanos de relaciones, libres de violencia, basadas en el buen trato mutuo y la igualdad.
  • El feminismo es el movimiento que lucha cada día por la igualdad de mujeres y hombres, reivindicando los derechos de las mujeres y cuestionando los privilegios de los hombres. Sin embargo, esto no tuvo cabida en el programa, como se pone de manifiesto en este artículo.

¿Qué conclusiones sacas tú? 


jueves, 4 de febrero de 2016

Cuando una sesión es suficiente

        
 
    Cada cierto tiempo, llegan al psicólogo personas con mucha confusión, desánimo y vulnerabilidad emocional visible. Aunque éstos sean elementos comunes a casi todas las personas que buscan ayuda profesional, en ocasiones, todo el estado en que se encuentra es producto de su necesidad de echar un cable a tierra, expresar, poner orden, sentir sin culpa y tener a un desconocido al que compartirle su conmoción.

       Hay pacientes que sólo requieren una sesión. Aunque carece de lógica, sobre todo desde la perspectiva clásica y/o dogmática de una “terapia”, una sesión puede ser tan potente, que el paciente percibe su suficiencia y no vuelve.

     Sesiones en que se ordenan las ideas, se entienden los comportamientos, una montaña rusa de emociones en algo más de una hora, en que si es bien utilizada, se pueden identificar los motivos del problema, clarificar los deseos, objetivos o metas que la persona tenga y qué comportamientos debe modificar y decisiones debe tomar para lograrlos.

      En una sesión el paciente se lleva un recorrido por la infancia, una explicación de su pesar, un desahogo emocional importante, pero sobre todo, claridad. Comprensión del sitio que ocupa y cómo lo ocupa, y todo aquello que debe hacer para llegar al sitio que busca. Claridad en todo lo que le limita, en el autoboicot para dificultar su felicidad, en las excusas que ya no valen, las emociones que calla y el panorama que ha construido, que ya se aleja kilómetros de lo que realmente desea.

Una sesión. Para recorrer una vida y empezar a cambiarla.



*Este artículo no pretende tener una visión reduccionista ni simplista del proceso terapéutico. Nos inclinamos por el acompañamiento a la persona durante las sesiones que sea conveniente para cada caso. Desde luego, lo que planteamos no es aplicable a aquellos casos con necesidad de atención clínica. Si el objetivo de la terapia se relaciona con el desarrollo personal, tampoco parece ser suficiente.

lunes, 1 de febrero de 2016

Terapia de parejas, doble posibilidad de crecimiento

Cuando las parejas deciden ir a terapia de pareja, por iniciativa de uno o de ambos, generalmente llegan con el mismo discurso: “tenemos problemas por como está actuando él/ella últimamente”.

Tendemos a ver las causas de los conflictos en el otro. Y es normal. Las cosas se ven mejor si están a cierta distancia. Y también porque es más fácil cuestionar al que tengo enfrente que cuestionarme a mí mismo, pues yo tengo que seguir seguro de quién soy y lo que hago para continuar funcionando desde mi certeza.

Sin embargo, siempre la responsabilidad de la dinámica de la pareja es de ambas partes, haciendo, dejando de hacer, pidiendo que se haga, esperando que se haga, no queriendo hacer… Y parte del trabajo en la terapia es ser conscientes de esto, de lo que ponemos cada uno, de lo que esperamos del otro, de lo que necesitamos, de si lo que necesitamos podemos cubrirlo con la relación...

Muchas veces se redactan “contratos de pareja” que al tiempo de ser firmados no se ajustan a la realidad. Como ejemplo, vamos a imaginar que cada uno de nosotros es un pilar. Y que en un momento dado, dos pilares deciden co-construir un puente, co-construir una relación de pareja. Y se redacta un contrato que define el diseño, los materiales, el coste, el recorrido, el uso, el tiempo de construcción… Pero, ¿cuántas formas hay de construir un puente?

Hay puentes con más recorrido que otros, unos más altos, otros con menos inclinación. Hay algunos que se construyen con una anchura determinada y cuando se ponen en uso se hace evidente la necesidad de ampliarlo, pues es más transitado de lo planificado inicialmente.

A veces también se decide usar un material, que en seco queda de maravilla, pero cuando llueve ¡resbala! ¿Quién va a correr el riesgo de pasear por él un día de tormenta?

Por eso, siempre durante el proceso de construcción, hay que ir poniéndolo a prueba, y ajustando aquello que no acaba de encajar, redefiniendo el contrato inicial. Incluso después de terminado, habrá que hacer algunas revisiones más o menos periódicas, para comprobar que sigue siendo tal como queremos que sea.

La terapia de pareja es un espacio para mirarnos desde otra perspectiva, para la redefinición de acuerdos, para el ajuste de términos, para el crecimiento personal a través del trabajo en pareja, o incluso para la rescisión de contratos que descubrimos poco útiles para nuestra salud mutua.


Para seguir conociendo más sobre esta terapia, puedes entrar en: